Con la casi ya clásica ascensión a estos dos monstruos sureños por parte de la vuelta no pudimos evitar intentar emular a estos luchadores del pedal por unas horas y arroparles a su paso. Sin duda una jornada como pocas en la mejor compañía.
La Vuelta cierra su primer bloque de etapas antes del día de descanso con alta montaña. La carrera llega a Almería en un día de exigencia máxima (unos 4.500 metros de desnivel acumulado) y tres puertos en los últimos 80 kilómetros, incluidos los puntos más altos de esta Vuelta. El Collado Venta Luisa, a 57 kilómetros de meta, corona sus 29 km al 4,4% a 1.970 metros de altitud; mientras que el Alto de Velefique tiene una durísima ascensión de 13,2 km al 6,4%, a 1.800 metros.
“¿Batalla antes de la ascensión final? Ya lo vimos camino del Balcón de Alicante”, asegura un Roglic que no se fía y se encomienda A su equipo. Para el esloveno, líder de La Vuelta, en el Jumbo se respira confianza: “Creo que los chicos están bien y yo también me encuentro con buenas piernas”.
A la hora de fijarse en un rival, no elige entre Ineos y Movistar, que parecen a priori los bloques más fuertes que son capaces de preparar alguna emboscada. Bernal, a pesar de que la altitud debería favorecerle, juega al despiste: “Voy a intentar no perder tiempo”. Y en el Movistar, la idea es seguir la misma línea ofensiva. “Las sensaciones son buenas, tenemos que seguir así”, dice un Superman que ya sabe lo que es ganar en estas montañas: en Calar Alto en 2017.
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