15 de julio de 2010

Gran Paradiso

Con horario montañero amanece nuestro segundo día en Alpes y toca empezar familiarizarse de verdad con el entorno. Para ello pondremos rumbo a Gran Paradiso, otro famoso cuatromil situado al noroeste de Italia entre el Valle de Aosta y el Piemonte muy utilizado como ascensión previa de aclimatación. Se inicia realizando un agradable trekking que asciende por Val Savarange donde el sendero caracolea entre inmensos bosques mientars deja paso a gigantescas moles petreas de cumbres nevadas que nos recuerdan paso a paso que nos encontramos en los Alpes.


Tras varias horas de travesía llegada a nuestro destino, el refugio Vittorio Enmanuelle y punto de partida hacia nuestro primer cuatromil. El alojamiento esta en buenas condiciones a pesar de su antiguedad y la cena es bastante decente.


La primera toma de contacto ha sido bastante favorable, el ritmo ha sido bueno y el tiempo acompañaba. posteriormente consultando el parte meteorologico comprobaremos que la prediccón para mañana no es nada halagueña. Mientras disfrutamos de las vistas empieza a caer la noche y una vez preparado el material no tardaremos mucho en hacer el intento de descansar lo máximo posible. 



Hoy salimos de madrugada con el fin de ganarle metros a la ascensión antes de que la meteo sea la que decida nuestra suerte. Aún es de noche y aunque no se divisa ninguna estrella, el tiempo nos da tregua. El camino se inicia por terreno favorable pero se endurece a cada paso y la noche no ayuda demasiado a encontrar la trazada ideal que en ocasiones nos obliga a alguna pequeña trepada con apoyo de manos aunque sin complicación ninguna.



Para cuando el sol comienza a eclipsar nuestros frontales coronamos un collado bastante pedregoso que nos descubrirá el glaciar del Gran Paradiso. Aquí comienza la verdadera ascensión. el glaciar esta plagado de grietas y seracs pero la huella a seguir es clara y son pocos los pasos comprometidos a superar hasta llegar a suelo más estable. Equipados ya con todo el material  emprendemos la progresión glaciar. 



Cuanto más cerca se encuentra la cima la pendiente se hace mayor. Por momentos parece que el cielo quiere abrirse, pero el frío es insoportable y el fuerte viento hace que la sensación térmica se recrudezca. La situación empeora a cada paso y no tenemos claro si continuar.


Con dudas y sin mucha fé acordamos progresar un poco más y conseguimos llegar al collado de Becca di Moncorvé. Ya no entra en nuestros planes darnos la vuelta y decidimos llegar hasta la rimaya. Es conveniente esperar a que otras cordadas faciliten el acceso a "Punta Madonnina" ya que la arista es bastante expuesta y hay que asegurar cada paso. Mientras atravesamos la última cornisa, la niebla se alía con nosotros y esconde el impresionante abismo que queda a nuestras espaldas restando algo de ténsion a este comprometido paso.



 La cumbre rebosa nieve y el espacio para moverse es minimo, hacemos la foto de rigor y con la bendición de la "Madonna" nos apresuramos en el descenso para intentar salir de alli cuanto antes.



Ya tenemos nuestro primer cuatromil!!!! Solo que recoger el material del refugio y desahacer el camino hecho el día anterior mientras asimilamos lo conseguido...

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