20 de enero de 2023

Estrecho de Bolvonegro.

FICHA DE RUTA:                                                                                                             
-Fecha: 21/01/2023
-Descripción:  Estrecho de Bolvonegro
-Distancia: 6,5 ms
-Duración: 3 h
-Desnivel+: 76 m
-Cota máxima: 549 m
-Dificultad física:  baja
-Dificultad técnica: baja


CRÓNICA:                                                                                                                          

La preciosa Senda de Bolvonegro PR-MU 110, nos lleva a un paisaje de inigualable belleza e incalculable valor geológico, un lugar donde confluyen los ríos Alhárabe y Benamor, dando vida al río Moratalla, afluente del Segura. 

Siguiendo su curso, descubrirás los secretos de la formación de una auténtica joya de la naturaleza: el Estrecho de Bolvonegro. El nombre deriva de uno más antiguo, “gorgonegro”, documentado por primera vez en 1575 por los caballeros templarios, y que significa “garganta negra”. 

Este sendero de 6 kilómetros de ida y vuelta y unas tres horas de recorrido pausado que discurren a la vera del río nos regala un desfile de pozas de agua, pilones y cascadas donde zambullirse en los calurosos días estivales así como increíbles vistas a un desfiladero de paredes verticales. La ruta termina bruscamente en un hundimiento producido por una falla, donde en época de lluvias se trasforma en una cascada. Aunque es un camino sin apenas dificultad técnica, lo angosto del terreno requiere andarlo con cuidado y precaución.

Para llegar al punto de inicio hay que seguir la carretera de Moratalla a Calasparra, en el km 18 está el cruce (indicación al Paraje de Bolvonegro). A 1 km aproximadamente vemos el cartel indicador y ahí comienza el sendero (hay poco sitio para aparcar). Comenzamos a caminar junto al cartel explicativo de la ruta, hacia una extensa llanura dedicada al cultivo de cereal, sólo interrumpida en la lejanía por las sierras circundantes, destacando al noroeste la Sierra del Cerezo y, como una isla en mitad del océano, el cerro de Moratalla la Vieja. 

A unos 200 metros nos encontramos el Molino de la Traviesa. Cruzamos aquí el río Alhárabe y comenzamos a ver cómo se encajona para formar el estrecho propiamente dicho. Vamos siguiendo los numerosos hitos de piedra, admirando las terrazas y pequeñas cascadas, así como los restos sedimentarios y fósiles. 

Al final llegaremos a puente por el que cruzamos al otro lado. A partir de ahora, contemplarás al río Moratalla más encajado que nunca entre las rocas, formando un estrecho y hondo desfiladero o cañón, que muestra la asombrosa fuerza erosiva del río. La belleza de esta garganta de paredes oscuras es el resultado visible de la constante y larga lucha entre el agua y la roca.

Este paisaje se ha ido formando durante los últimos 12 millones de años, primero excavando las rocas más blandas, las margas, y ahora las más duras, las areniscas, que se resisten a ensanchar el cauce del río pero a cambio, lo encierran cada vez más profundamente. Avanzamos unos 300 metros para llegar al final del recorrido señalizado. Entonces deberemos vovler sobre nuestros pasos hasta el inicio de la ruta. 

A primera vista, la vegetación de este paraje no resulta muy espectacular debido al suelo rocoso donde se desarrolla, pero si fijamos bien la vista, nos sorprenderá la magnífica capacidad de algunas especies para crecer sobre la roca más dura e impenetrable. Así encontramos a la adelfa o baladre  la retama o a los musgos, que crecen a veces rellenando de verde las grietas entre las rocas, o incluso viviendo sobre ellas, como el musgo estrellado, que nos recibe con su alfombra verde característica. Sin embargo, allí donde la roca da tregua al suelo y gracias a la humedad del río, vemos árboles de mayor porte como el olmo muy típico de la vegetación de ribera, o el mágico taray.























































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