8 de junio de 2013

LA BREÑA Y MARISMA DE BARBATE


Ocultando sus tesoros al mar, el tajo esconde tras de sí la Breña y las Marismas del Barbate, un conjunto de lagunas menguadas por el hombre, caños, canales, esteros y albinas que dan cobijo al más extraordinario elenco de aves.
A medio camino entre la Bahía de Cádiz y el estrecho, a caballo entre las aguas del Mediterráneo y las atlánticas, este espacio encierra una magnífica diversidad que ocupa la que fuera extinta laguna de La Janda que, junto a otras menores, llegó a formar uno de los humedales más grandes de Europa hasta ser desecada a mediados del siglo XX.
Hoy comparten escenario marismas, arrozales, pastizales, dunas y pinares, como el de La Breña, que se asoma al acantilado, un tremendo tajo de 90 metros que se extiende por un tramo de hasta seis kilómetros de costa. Arrimadas al litoral, pequeñas e íntimas calas, tómbolos como el de Trafalgar o los famosos corrales, cercados de piedra utilizados como arte de pesca desde tiempos de fenicios y romanos, dan pie a praderas de fanerógamas allá donde la luz penetra en unas aguas cristalinas color turquesa.


Primera excursión con toda la familia aprovechando las tranquilas vacaciones en la costa de Cádiz. A última hora de la tarde ya con temperaturas más agradables para los dos peques salimos en busca de los famosos acantilados de la Breña. 



El sendero coge altura con rapidez, que junto con la arena que todo lo cubre hace un poco más costoso de lo normal progresar. Aun así las vistas hacen que merezca la pena el exfuezo extra.


Tras 45 min aproximadamente el camino vuelve a la horizontalidad y seguimos el límite del acantilado con un agradable paseo que nos muestra bellos rincones que parecen reservados para nosotros solos esa tarde.

Llegamos a lo más alto y con ello primera ascensión de mi cachorro. Aunque viaje en mochila, el esfuerzo hace que la vuelta la haga totalmente dormido, está hecho un campeón...


Los escarpados acantilados descubren en algunos pasos rincones extraordinarios que el mar ha moldeado con el paso de los años.


Seguimos disfrutando de esta extraordinaria tarde...


Empieza a caer la noche y es hora de volver, sin darnos cuenta hemos pasado las dos horas y media de travesía, suficientes para hacer boca y disfrutar de la gastronomía local.


El bonito pueblo de Caños de Meca y su faro de Trafalgar están cada vez más cerca y con ellos nuestra acogedora casa de vacaciones.



Fin a esta inmejorable tarde de naturaleza en familia, espero que sea la primera de muchas...



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