23 de junio de 2012

IBEROBIKE



Cruzar la península ibérica es un de los mayores proyectos a los que aspira todo cicloturista. Un reto único en el que unir cada región a golpe de pedal disfrutando del contraste de su cultura, gentes y como no de la belleza de los paisajes que dan color a este mapa.







18 de Mayo de 2011, nunca olvidaré esta fecha. Antes de que pudiera ver la luz de la mañana, ya le ganaba minutos al día junto a mis compañeros Chema, Pj, Andrés mientras preparábamos el material y la furgoneta que nos llevaría al punto de partida de nuestra aventura. Empezaba a recoger el fruto de tantos viajes, carreras  y travesías, ya fuera a pie o sobre dos ruedas para descorchar el corcho de mi primera cosecha cicloturística en autosuficiencia con denominación "IBEROBIKE". 



1ª Etapa. Cillero de Toranzo - Covanera:



Y no es otro el punto de partida, que la aldea cántabra de Cillero de Toranzo, concretamente la casa rural "Las golondrinas de Cillero" donde la señora María y su impagable amabilidad harían cuestionarnos abandonar esta bella tierra y comenzar dirección sur a dar nuestras primeras pedaladas.



Aún eclipsados por el verde paisaje tan extraño para nosotros y sin tiempo para calentar, comprobamos que  a la ya sabida dureza del recorrido, deberíamos añadir la climatología cambiante que sufriríamos con el paso de los días mientras sumamos kilómetros de una provincia a otra.




El puerto de "Estacas de Trueba" con sus 13 kilómetros y 1154m sería el termómetro que mediría nuestra preparación meses atrás. A pesar de las bajísimas temperaturas, las sensaciones son inmejorables y nos llenan de optimismo en esta primera jornada.



Tan pronto descendemos este primer puerto nos adentramos en la provincia de Burgos mientras dejamos tras nosotros la fría tormenta y comenzamos a disfrutar de las primeras estampas idílicas tan comunes en estas tierras.



Hacemos una breve parada para contemplar las "Cuevas de Ojoguareña" y su famosa hermita de San Bernabé donde restos paleolíticos y pinturas en la roca se aunan mostrando a sus visitantes la riqueza cultural de la Merindad de Sotoscueva.



Continuamos la marcha por caminos y carreteras secundarias siempre entre impresionantes ayedos de un verdor irreal que nos acompañaran practicamente hasta el final de la etapa.



La jornada se ha hecho larga pero no dudamos en visitar el segundo punto de interés del día, Orbaneja del Castillo. este pintoresco pueblo se encuentra enclavado en las Hoces del Alto Ebro y Rudrón del valle de Sédano, comarca de Páramos.



La prohibición al tráfico de vehículos a motor hace que solo el sonido del agua saliendo de cada rincón interrumpa la tranquilidad en nuestra última parada.



Las caprichosas formas que adquiere el complejo paisaje kárstico que lo rodea  hace de muralla natural para el mismo aislando de cualquier influencia contemporánea este enclave rural.



Una buena cena con productos de la tierra cierra comose merece esta larga jornada.


2ª Etapa. Covanera - Hontoria Pinar:



Unos cuantos kilómetros durante los cuales apenas conseguimos calentar los músculos nos llevaron sin apenas darnos cuenta a la ciudad de Burgos donde realizamos una breve visita y el primero de los avituallamientos de cara a esta segunda y no menos larga etapa.



Con otro tono en el cuerpo, reemprendemos el pedaleo y salimos de esta bonita ciudad siguiendo los pasos del Cid a través de la "Ruta de la Lana" los cuales no abandonaremos hasta la alicantina localidad de Villena.
De ahora en adelante utilizaríamos los caminos de transhumancia que transitaban los comerciantes de la época en sus transacciones mercantiles. Estos senderos coinciden en gran parte con antiguas vías romanas que comunicaban puntos de interés.



Hasta ese punto, los interminables prados verdes y las capillas del siglo XI en la época del destierro irán conformando el paisaje prácticamente durante la primera mitad de la travesía donde el terreno favorable se complicaría en ocasiones más de lo deseado obligando incluso en ocasiones a utilizar carreteras secundarias como alternativa.



Los más de 100 kilómetros de cada etapa pertrechados con el peso añadido de las alforjas hacen que el cuerpo empiece a resentirse y empiecen las primeras dolencias que debieron ser tratadas. Una exquisita cena en la acogedora "Casa Rural del Médico" y una buena cama harían el resto para afrontar la tercera jornada con ciertas garantías.



3ª Etapa. Hontoria Pinar - Aragosa:



 Prácticamente sin quererlo, ya hemos dado cuenta de gran parte de los kilómetros programados para este viaje y nos adentramos poco a poco en tierras sorianas. Hasta ahora hemos ido disfrutando de los bellos paisajes de la parte más meridional de la península y con ello nos acercamos en esta tercera etapa  a uno de los puntos clave de la travesía, el "Parque Natural del Cañón de Río Lobos".



Este cañón constituye un singular espacio biogeográfico estructurado sobre el eje de un profundo cañón de escarpados farallones con una longitud de 24 kilómetros que unen las provincias de Burgos y Soria.
Fué declarado Parque Natural en 1985, una de las primeras zonas protegidas en Castilla y León que abarca además del cañón, toda su zona de influencia. Por la espectacularidad de su relieve está considerado como uno de los paisajes más bellos de España. En su interior y en sus alrededores también se conserva un valioso conjunto de restos artísticos, pueblos y villas con un recio sabor tradicional: ermita de San Bartolomé, Ucero, San Leonardo y El Burgo de Osma.



A partir de aquí ya se puede apreciar, en toda su extensión, la grandeza de este cañón de origen kárstico. Sus verticales paredes calizas, de cerca de 200 metros de altura, han sido modeladas por los fenómenos erosivos, dando lugar a unas bellas y caprichosas formas de relieve que no dejan de asombrarnos.



 Hay que vadear el río en un par de ocasiones y salvar una pequeña dificultad topográfica, utilizando para ello una rústica escalera de madera. Tras serpentear durante varios kilómetros por el fondo del cañón y después de encontrar una nueva zona de pinares, se llega al llamado puente de los Siete Ojos. A partir de este lugar el cañón se hace más ancho y menos escarpado a la vez que se interna en la provincia de Soria.



En sus transparentes y puras aguas abundan las grandes hojas flotantes de los nenúfares. En algunas zonas, el río desaparece tragado por profundos sumideros, apareciendo de nuevo a los pocos kilómetros. Prácticamente en cada rincón se hace obligado tomar alguna fotografía



Al final del cañón se puede contemplar la ermita cisterciense de San Bartolomé, fechada en principios del siglo XIII, la cual era utilizada como lugar de retiro espiritual por los templarios. Tambien se puede observar un curioso altar megalítico ambas a la sombra de una enorme caverna.



Una vez fuera del cañón solo resta seguir una pequeña carretera comarcal que conduce a la pintoresca localidad de Burgo de Osma donde realizaremos un pequeño almuerzo.





Aun embelesados con la belleza de los paisajes que nos depara esta jornada partimos del Burgo en busca de otro gran cañón que se interna en la orografía castellonense. Ines, Soncillo  o Carrascosa de abajo son algunos de los pequeños pueblos que nos irán recibiendo a nuestro paso donde podemos comprobar al recorrer las calles y hablar con sus gentes que aquí la vida permanece anclada en el pasado sin mayor preocupación que la que el ganado o las tierras de labranza dan en su día a día. El serpenteo por estas tierras se hace inevitable si queremos cruzar tanto el Duero como el Río Manzanares sin tener que mojarnos.



Finalmente llegamos a Caracena, pueblo de idéntico interés que los anteriores donde solo la iglésia románica de San Pedro da algo más de relevancia a este conjunto de casas. Hay alguna alternativa más rápida y cómda pero haber cumplido con el horario previsto nos invita de nuevo a pedalear entre inmensas paredes de roca y decidimos adentrarnos en el cañón.



Conforme nos vamos acercando a los tondos el cañón se va estrechando cada vez más y el ritmo se vuelve más penoso, obligandonos en más de una ocasión a patear más de lo deseado y no de manera cómoda. La Peña del Águila se alza sobre el cañón dando más profundidad a este a cada paso que damos.





Desde Tarancueña, salida natural del cañon hasta Aragosa iriamos sumando uno tras otro infinidad de pueblos de interés como Atienza o Siguenza en la lejanía, que salpican la verde y extensa "Cañada Real Soriana" donde en ocasiones disfrutaríamos de la presencia de ciervos que harían avivar nuestra marcha en busca de la codiciada foto.


4ª Etapa: Aragosa - Cuenca:



Larga etapa a pesar de sacrificar el itinerario original cuya dureza se vió acentuada debido a los problemas mecánicos y los fuertes dolores de espalda de uno de los integrantes quien la noche anterior tuvo que ser tratado en el centro médico de Siguenza. A pesar de remitir la lumbalgia gracias a la medicación a lo largo de la noche, el grupo decidió buscar una alternativa mas ciclable y menos exigente técnicamente lo cual no evitó que nuestra entrada a la capital conquense tuviera lugar bien entrada la tarde. 
A pesar de rodar casi exclusivamente por carreteras secundarias de tipo local o comarcal, pudimos disfrutar al paso de todas las poblaciones que rodean el "Alto Tajo"como son Cifuentes, Gágoles de Abajo o Trillo donde pudimos contemplar las "Tetas de Viana" y donde nos desviamos para recorrer parte de la "Serrania de Cuenca"a su paso por Peralveche, Tragacete o Salmerón. El resto de pedanías por las que llevamos a cabo esta extraña jornada fueron Valdeolivas, Villaconejos del Trabaque y Albalate de los Nogueras para finalmente entrar por las calles de Cuenca donde las inimitables casas colgadas aguardaban nuestra llegada.



 
Una buena cena recuperadora y un agradable paseo por el pintoresco centro histórico harían superar el ecuador del viaje con mejor sabor de boca del esperado cuando partíamos de buena mañana.



5ª Etapa. Cuenca - Villamalea:












6ª Etapa. Villamalea - Yecla:
















7ª Etapa. Yecla - Cartagena





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