Bulnes - Valle de Pandébano

FICHA DE RUTA:                                                                                                             

-Fecha: 13/09/2008

-Descripción: 

-Distancia: 10 kms

-Duración: 5 h

-Desnivel+: 950 m

-Cota máxima: 1950 m

-Dificultad física:  baja

-Dificultad técnica: baja

Con el objetivo de dedicar la ´segunda parte del viaje a conocer la cosata asturiana, encaminamos nuestro úlimo día de montaña hacia el corazón de los picos de Europa. Visitaremos la parroquia de Bulnes, una pequeña aldea del concejo de Cabrales situada a 650m a los que sus poco mas de veinte vecinos acceden por un pedregoso sendero que remonta el valle. Años despues, la construcción de un funicular convirtió este fantástico mirador natural del "Picu Uriellu" al cual realizaremos una aproximación en uno de los puntos de mayor interés de la zona.

CRÓNICA:                                                                                                                           

Remontamos el canal del Tejo, un profundo valle de cuatro kilómetros que nos acercará más si cabe a las gentes del lugar. El sendero asciende suavemente, está perfectamente señalizado y se va encajonando a medida que nos acercamos a Bulnes. 

Tras un buen rato a paso tranquilo conseguimos divisar a lo lejos las pocas casas que conforman la aldea.

El gigante "Picu" guía nuestra marcha y nos dirigimos a el cruzando el valle de Pandébano. Es imposible no detenerse a contemplar la estampa.

Una vez más, ganado y gentes nos hacen retroceder en el tiempo enseñandonos como aun hoy se puede subsitir con los escasos medios que proporciona la vida labriega. Aquí nace el verdadero queso cabrales.

Una vez más la nieve lo cubre todo e intentamos llegar donde pocos llegan. Con los medios técnicos adecuados hubieramos conseguido dormir una merecida siesta a la sombra del gigante de piedra.

De vuelta, nos dirigimos a Sotres donde repondremos fuerzas a la mesa de la famosa "Gallega" quien en su propia casa nos dará una auténtica lección de cocina tradicional.

Para la parte final del viaje cambiaríamos las inabarcables montañas por el infinito cantábrico. Sería una mezcla de gastronomía y placer donde la familia de mi buen amigo Jota me haría sentir uno mas de ellos.

Vuelta a casa con parada y noche en Madrid. Escribiría unas palabras pero sinceramente no recuerdo nada...JaJaJa..!! Hasta pronto...