Quizás el más antiguo de los vestigios de un asentamiento en el lugar sea una moneda romana hallada en el Blumental. Las primeras menciones que se tiene de la ciudad datan del año 1240 cuando se la menciona como “claro fonte” que en lengua romance significa “fuente clara”. En 1253 los alemanes la llaman Liuterbrunnon, nombre que en 1268 es cambiado a Luterbrunnen.
Lo que esta documentado es que en el siglo XIII el valle pertenecía a Freiherr de Wädenswil, el que en 1240 lo vendió al Monasterio Interlaken. Durante un siglo y hasta 1346 fue expandiendo su poder hasta alcanzar los valles de la vecindad y, a esa fecha poseía Mürren, Sichellauenen, Lauterbrunnen, Gimmelwald y Trachsellauenen, que si bien tenían cierta independencia estaban bajo el poder del Monasterio. Durante el siglo XV (1487-1488) se construyó una filial de la parroquia Gsteig bei Interlaken y en 1506 tuvo un cura oficialmente. En 1528 Berna se convierte al protestantismo, lo impuso en el Oberland bernés y Lauterbrunnen fue el centro de la reforma local.
En el siglo XVI comenzaron a explotarse minas de hierro y en 1715 se instaló una fundición. Pero la pobreza del pueblo hizo que muchos emigraran o se convirtieron en mercenarios. Fue en el siglo XVIII que los alpinistas comenzaron a utilizar Lauterbrunnen como base principal para escalar las montañas de los Alpes suizos alcanzando una reconocida fama. En 1834 se abrió el camino a Interlaken y en 1890 el tren llegó al Oberland bernés lo que obligó a construir más hoteles para albergar a la gran cantidad de visitantes al lugar. En 1891 se habilitó el teleférico a Mürren y dos años después a Wangen.
El espaldarazo final fue en 1912 con la llegada del ferrocarril Jungfrau y con el tren a cremallera de nueve kilómetros desde Kleine Scheidegg a Jungfraujoch (la estación ferroviaria más alta de Europa). Ya en 1909 los hermanos Lunn (Arnold y Walter) habían impuesto en Lauterbrunnen el curling, el esquí y el bobsleigh, dándole un gran auge al turismo de montaña.
Con las dos grandes guerras y la gran depresión el turismo alpino llegó a su punto más bajo, pero poco a poco fue recuperando terreno. Se crearon remontes, telesillas y hasta un helipuerto. Se realizó infraestructura edilicia con la construcción de chalets, casas y hoteles y se fomentó también el turismo de verano con entretenidas rutas, haciendo que sea atractivo para todos los sectores relacionados a los viajes (no solamente esquiadores y alpinistas).
En enero de 1973 el municipio de Isenfluh pasó a formar parte del de Lauterbrunnen. El 31 de diciembre de 2009 el municipio de Amtsbezirk Interlaken dejó de funcionar y al día siguiente se unió al Verwaltungskreis Interlaken-Oberhasli quedando definitivamente incorporadas todas esas localidades.
Hay diferentes opiniones, pero de las ciudades de Suiza, esta será quizás la que más te impresione. Cuando llegues te encontrarás con la vista surrealista de un pueblo precioso rodeado de cascadas entre paredes interminables y con elevados picos de montaña. Las 72 cascadas que la circundan inspiraron en 1779 a Johann Wolfgang von Goethe para componer “Canto de los espíritus sobre las aguas”, poema al que luego Franz Schubert le puso música.
Las 72 cascadas que hallarás en Lauterbrunnen son las que le dan el nombre al lugar, ya que en alemán significa “muchas fuentes”. La belleza del valle no tiene parangón, razón por la cual visitar Lauterbrunnen es paso obligado de tu viaje a Suiza. Por sus particulares características son especiales las Cascadas de Staubbach y las Cascadas de Trummelbach.
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