FICHA DE RUTA:
-Fecha: 11/05/2020
-Descripción:
-Distancia: 13 kms
-Duración: 3 h
-Desnivel+: 395 m
-Cota máxima: 146 m
-Dificultad física: baja
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
La Algameca Chica es una máquina del tiempo. Es como entrar en los años 40. Es un lugar fascinante y repelente. O te encanta o lo odias.
El poblado es, en efecto, un lugar extraño. Hay barracas -no les gusta que lo llamen chabolas- literalmente sobre el mar, están pintadas de colores y casi cada una tiene su barquito amarrado en la puerta. No hay agua corriente y la luz la proporciona un generador que comparten los vecinos. Pero la sensación mayoritaria no es de exclusión y pobreza. Para unos es solo una aberración urbanística más, pero sus vecinos pugnan por conseguir una protección que les salve del derribo.
Siguiendo por la rambla de Benipila, de aguas sospechosamente turbias tras las recientes lluvias, está la Algameca Chica. Es un amasijo de casas de madera y cemento coronadas por tejados de uralita. Están unas pegadas a otras a ambos lados de la rambla.
La Algameca está en la desembocadura de la rambla, ya casi en el mar pero resguardada. Así que muchas de las barracas tienen su barquito y desde allí salen a pescar al curricán o a dar un paseo. Las casas están construidas casi sobre el agua, como si fuera Shangai o Hanói. Al poco uno se da cuenta de que no es un poblado chabolista normal. Hay una pista de fútbol, una tasca, carteles sobre un reciente festival de poesía y un tablón de anuncios con un censo en el que de los 100 vecinos solo 13 salen como señalados como que no están al corriente de pago de la cuota de la asociación, que les pide 20 euros al año, cinco de los cuales van para el alumbrado de las calles. El generador lo compartimos entre todos. Es sin duda un lugar peculiar como pocos... En esta ocasión decidimos ultilizar el sendero costero que recorre otras tantas edificiaciones cartageneras con no menos historia como el Fuerte de Navidad o Fajardo.
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