13 de enero de 2018

Mina abandonada de Mazarrón




FICHA DE RUTA:                                                                                                             
-Fecha:13/01/2018
-Descripción:
-Distancia: 10,4 kms 
-Desnivel+: 209 m
-Cota máxima: 158m
-Dificultad física:  baja
-Dificultad técnica: baja


CRÓNICA:                                                                                                                           

Esto no es Marte. La tierra roja y el paisaje apocalíptico hacen pensar lo contrario, pero no, esto lo encontramos en nuestro propio planeta. Concretamente en Mazarrón, un pequeño pueblo al sur de la capital murciana. De estas minas se extrajeron zinc, plomo, plata y alumbres desde tiempos inmemoriales (los romanos ya excavaron estas montañas), y fueron abandonadas en los años sesenta, cuando la explotación minera ya no era rentable.

Tantos colores y formaciones geológicas extrañas nos ofrecerán grandes imágenes para capturar con nuestra cámara, y es que estas minas son muy fotogénicas, sobre todo al atardecer. Da igual que el día amenace tormenta, el lago con color a natillas sorprende igualmente. Eso sí, ni se te ocurra probarlo, a saber qué residuos altamente tóxicos hay dentro de él.

La entrada a la mina de Mazarrón es libre, y podemos recorrerla tanto a pie como en todoterreno. Lo único con lo que hay que tener cuidado es con los pozos abiertos, que llegan a cientos de metros de profundidad, y aunque en su mayor parte están llenos de agua debido al nivel freático, caerse dentro no tiene que ser nada especialmente agradable.

A parte de pozos y lagunas de residuos, también podemos visitar las instalaciones de la mina, totalmente abandonadas. Podemos entrar en los barracones de los trabajadores, donde veremos la chimenea (dudo que la usasen mucho en Mazarrón, donde muy pocas veces hace frío), las zonas de trabajo, los túneles que se adentran en la colina, las zonas de carga de material, y todo lo que necesitaba una mina para funcionar. Un recorrido en el que encontraremos multitud de detalles de otros tiempos.


Los pozos y galerías llegan hasta los 500 metros de profundidad, en esta mina que es principalmente subterránea. Sorprende que los romanos ya llegaran a adentrarse alrededor de 200 metros en la tierra, usando básicamente la mano de obra humana. Según cuentan, hay galerías que llegan hasta el propio Mazarrón, que se encuentra a escasos kilómetros. La montaña es un auténtico queso de gruyer.


Debido a la cercanía de las minas con el pueblo, llegar desde Mazarrón es muy sencillo. Tan sólo tenemos que coger la carretera RM-607 dirección a la AP-7, y tras la última casa, a pocos metros, veremos un camino de tierra a mano izquierda. Lo seguimos menos de un kilómetro y estaremos en plenas minas, rodeados de este peculiar entorno tan tóxico, tan inhóspito, tan extraño, pero sin embargo, tan bello.

















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