2 de julio de 2011

TRANSPYR



Transpyr es un gran reto personal y una de las mejores aventuras de mountain bike en la que uno puede tomar parte. Un viaje sensacional de superación y de inmersión en los distintos valles, pueblos y culturas de la vertiente sur de los Pirineos, atravesando y uniendo Catalunya, Aragón, Navarra y Euskadi. Un auténtico graduado en mountain bike a afrontar al menos una vez en la vida.

El propósito no es otro que unir el Mediterráneo con el Atlántico en sólo 8 días, tomando como punto de partida la costera localidad e Roses y  finalizando en San Sebastian, lo que la convierte en una travesía solamente al alcance de ciclistas con una buena preparación.

El recorrido de forma general busca pisar el mínimo de carreteras y de asfalto con muy poco tráfico motorizado , incorporando algunas duras subidas, tramos técnicos incluso momentáneamente no ciclables compartidos con el GR-11.

Transpyr esta diseñada por y para amantes del ciclismo de montaña cuyo objetivo va desde el reto personal de realizarla en el menor tiempo posible hasta simplemente completar la totalidad de sus kilometros.


El formato de la travesía es autoguiado. Ante la imposibilidad de señalizar todo el recorrido el participante se guiará mediante GPS, roadbook y las instrucciones que da la organización en un pequeño briefing la noche antes de cada salida. Debido a la gran extensión montañosa que se cubre y al número de horas que dura cada etapa es obligatorio realizarla por equipos debidamente aprovisionados y cumplir una series de medidas de seguridad a fin de evitar posibles percances.



Y con toda esta preparacón y logística el equipo "CARAMBA" gracias a su patrocinador parte de tierras murcias a conquistar el Pirineo. Sus integrantes Antonio, Juanma, Pedro y Dani en su último tramo llevarán a cabo el reto más grande de sus vidas. Diego, mecánico y asistente se encargará de que nunca mejor dicho todo ruede sobre ruedas y no les falte de nada.



Una vez en el lugar y con el Mediterraneo preparado para darnos la salida, recogemos el material, acomodamos el primero de nuestros alojamientos compartidos y no perdemos atención a cualquier instrucción o consejo de la organización. Los nervios estána flor de piel y esta noche será dificil conciliar el sueño.






Saliendo del Mediterráneo, punto de entrada de múltiples civilizaciones a la península a lo largo de la historia, el arranque de TRANSPYR será espectacular, enlazando tres etapas que pondrán a prueba la resistencia física y mental de los atrevidos exploradores de los Pirineos.
Esta etapa es de transición entre las llanuras y ondulaciones del Empordà y la Garrotxa hasta el primer enclave pirenaico. Despedimos el mar y la cultura mediterráneos para progresivamente ganar altura hasta Camprodon.




Con esos números nos plantamos en la línea de salida de Roses en la primera etapa. A priori no es de las más complicadas pues el prepirineo no es tan exigente pero nos advierten que no nos confiemos pues el continuo nivel ascendente del perfil y las últimas cotas pueden pasar factura.

Intentando sensibilizar a la gente, nos hacemos eco del trágico suceso acontecido en la localidad de Lorca donde todos tenemos algún familair o conocido afectado. La organización y autoridades loacales no dudan en facilitarnos la noble labor.


Ahora si, los protagonistas somos nosotros. Estamos en la linea de salida y el ambiente es total. Todo el mundo se saluda y aquellos que parecen querer disputar las etapas ya se vigilan en la lejanía. Todos los equipos salen con bastante cadencia mientras nosotros optamos por la prudencia, elección que confirmariamos como la más acertada cuanto más andaba el cuentakilómetros. Poco a poco nos alejamos del mar y comenzamos a coger ritmo mientras progresamos entre los pueblos de Villaut, Castel de Peralada, Cistella, Lladó, Riera de Segueró y  Tortella con sus típicas masias catalanas.




Aunque el desnivel positivo es constante es casi inapreciable y lo rodador del terreno hace que  sumemos kilómetros en nuestra carrera particular lejos de otras batallas más duras. Solo algún contratiempo con la lectura del gps y errores de orientación en las tortuosas callejuelas de las pequeñas poblaciones de paso harán que perdamos algo de tiempo.



Los avituallamientos son el único respiro del día. Sin recrearnos demasiado aprovechamos para rehidratarnos, comer hasta sin ganas y disfrutar del entorno ya que muchas veces no se levanta cabeza del manillar.El entorno empieza a coger color y en algunos tramos de espacios
protegidos incluso nos obligan a desmontar y pasar a pie. El calor y el poco hábito a los productos energéticos harán que el tramo final de la etapa se me hiciera más duro de lo debido.


Pero como otras tantas veces las sensaciones en una etapa tan larga suben y bajan sin saber porqué. Queda poco para meta y la pequeña pájara seguramente debida a un corte de digestión desaparece por completo, lo cual agradezco porque nos encontramos en el punto más duro de la etapa. Finalmente consigo entrar a plato por las calles de Camprodón con mis compañeros que pacientemente me ha ayudado a recuperar el ritmo.



El Pont Nou sobre el río Ter hace de pancarta de meta y sus frias aguas ayudan en lo posible a que nuestras piernas vuelvan a recuperar el tono que tanta falta nos haría para afrontar la jornada de mañana.



Video: http://www.youtube.com/watch?v=7hg1ay3UJ5E&feature=plcp

Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1878475



Una de las etapas más duras y que dan carácter a TRANSPYR. Toca afrontar la mítica collada Verda , y subir al larguísimo puerto de la collada de Toses , rozando en algún punto los 2000 metros de altura, cumbre del evento, en las inmediaciones de las estaciones de esquí de la Molina y la Masella. Nos dejamos caer a la Cerdanya y larga transición hacia el oeste para, superando aún alguna dificultad, llegar por fin a la Seu d’Urgell.




Segunda etapa y a tenor del dolor de piernas parece la última. El campamento es u caos de sacos de dormir y bicicletas, y mientras amanece cada uno va siguiendo su rutina de preparación, desayuna y se dirige a la linea de salida.

La etapa de hoy es bastante más exigente a pesar de ser más corta que la de ayer. Las dos grandes cotas de la jornada y el quebrado terreno entre ellas presagia que sufriremos bastante. Las kilométricas bajadas machacan huesos y articulaciones como nunca antes y además avisan que el último tramo  es impracticable y debe hacerse a pie.

Comienza el día y no hemos salido aún de Camprodón cuando nos encontramos con las primeras rampas de gran porcentaje. En su primer tramo sobre asfalto al paso por la aldea de Abella para posteriormente tomarun camino rural bastante técnico en el que encontrar la trazada idónea y esquivar a los demás participantes haría difícil echar pie a tierra en alguna ocasión.




Rápidamente hemos cogido altura. Cuando parece que ya no se puede ascender más nos topamos con una sucesión de repechos que aunque van suabizando a medida que avanzamos no vemos el momento de coronar este primer puerto siempre bajo amenaza de lluvia. El pelotón está completamente desperdigado.



Una vez arriba descendemos por una rápida pista entre pastos la cual se va haciendo más pedregosa conforme nos acercamos a Pardines despues del cual encontraremos el primero de los avituallamientos del día.





Cargamos agua y algo de fruta mientras examinamos el perfil. Inevitablemente fijamos los ojos en la siguiente gran ascensión que finaliza en la estación de La Molina sin prestar demasiada atención a las dos cotas que la preceden, pero ronto comprobariamos que srían las más traicioneras obligandonos en mas de una ocasión a cargar la bicicleta al hombro incluso bajando.



Una vez conseguimos salir de esa dura emboscada abordamos el puerto que esperabamos desde un principio, una infinita carretera hasta La Molina bajo un sol abrasador que no tomaríamos con mucha calma hasta el punto de juntarnos varios equipos e improvisar un avituallamiento en un bar de carretera. Desde ahí cada uno fue cogiendo su ritmo hasta la cima para caer a la vertiente opuesta esta vez por una trialera bastante técnica en algunos tramos en los que el barro no ayudaba demasiado. Las fuerzas escaseaban y debiamos llegar a tiempo al último punto cronometrado.





Superado el tiempo de corte nos tomamos un respiro y decidimos economizar un poco el esfuerzo. La organización nos informa que desde Pont de Bar el recorrido es poco ciclable y sería un error seguir machacandose innecesariamente. Ya nadie quiere tomar la iniciativa y los ciclistas van formando grupetas. La joranda ha sido muy dura y ya solo pensamos en nuestro merecido descanso en La Se de Urgell.







Etapa reina de TRANSPYR 2011 por distancia y desnivel. Bonita etapa donde bajando un poco de latitud se avanza por zonas poco conocidas pero de gran atractivo de los pre-Pirineos. Para hacer abordable esta la etapa más larga, se cubre una larga subida por una bonita carreterita local que progresivamente va ganando altura. Sigue una larga bajada, paso espectacular por Gerri de la Sal, subida al fotogénico lago de Montcortés, y nuevamente larga subida para entrar ya en el término municipal del Pont de Suert, que alcanzamos finalmente tras una larga jornada.



Día tercero, llega la que sería la etapa más dura en todos los sentidos. A los más de 130 kilómetros que salieron finalmente se le sumó la dureza de unos puertos interminables, la meteorología más cruda de todo el viaje y un triste suceso que nos metería el susto en el cuerpo y marcaría el resto del viaje.

El incesante tronar y las trombas de agua caídas sobre el techo del pabellón no nos dejaron pegar ojo en toda la noche. Aun así la mañana apareció soleada y apacible

Tras una pequeña cota que nos serviría para entrar rápidamente en calor nos enfrentariamos al puerto de mayor longitud del viaje. Poco a poco vamos sumando cada uno de los interminables kilómetros que se van endureciendo cada vez más a su paso por Espadán conforme la carretera se va abriendo para mostrar quetodavía tendremos que doblar la distancia que ya llevamospara completar los casi 25 kms de puerto y poder disfrutar del primero de los avituallamientos del día en Guardia d´Ares a 1594m.


Las nubes van cubriendo poco a poco todo lo que nuestra vista alcanza y el bochorno se hace isnoportable. Al salir del avituallamiento el perfil nos juega una mala pasada y completar la ascensión hasta el punto más alto de la sierra y recorrer la cuerda que la recorre nos lleva más tiempo y esfuerzo de lo esperado. El paisaje es excepcional y las sensaciones mejores aún, pero nada nos haría pensar que el descenso de los 15kms de pista en zig-zag hasta la población de Gerri de la Sal se convertirían en una trampa mortal para el equipo.


Las larguísimas rectas entre herradura y herradura daban rienda suelta a nuestra marcha aun sin poner mucho empeño en el pedaleo. El terreno es rápido pero está bastante suelto y requería no relajarse en exceso. En mitad del descenso, un simple pestañeo bastó para que nuestro compañero Antonio comprobara como nadie la dureza extrema de esta prueba. La rápida intervención de los servicios sanitarios de la organización, el apoyo de nuestro sherpa Diego y la desintersada amabilidad de otro participante médico de profesión hicieron que todo quedara en un susto, aun asi el cerebro del equipo no pudo continuar y fue trasladado para ser atendido con mayor atención.



Una vez conseguimos recobrar el aliento allí estabamos Juanma y yo en medio de la nada, con más de media hora perdida, 70 duros kilometros aun por delante y lluvia como compañera. Proseguimos la marcha y ponemos un buen ritmo aun con la adrenalina por las nubes mientras no dejamos de comentar y lamentarnos por lo ocurrido. Al lleagar al segundo avituallamiento en Peramea conectamos con algunos equipos rezagados y nos apresuramos a comer para salir de alli formando un pequeña grupeta intentando evitar cualquier otro tipo de contratiempo. Pronto vimos lo acertada que fue nuestra decisión pues a los fallos en la navegación y falta de señalización se sumó un terreno absolutamente impracticable que nos obligó a intercalar continuamente pateo y pedaleo.


No se si es que ya no podía pintar más negra la etapa o que poco a poco todo volvía a la normalidad. La lluvia daba una tregua, el terreno empezaba a secar y nosotros marcabamos ese ritmo con el que tan cómodos nos sentiamos que sin ser competitivo no dejaba lugar a la relajación. Los kilometros parecían no sumar y el tiempo corría, los tracks no correspondían con la realidad y las piernas no veían el momento de dejar de sufrir los grandes porcentajes que afrontabamos sin rastro alguno del último punto de control. Cuando ya ni pensabamos en ello vemos entre un grupo de vabañas otros participantes con aire de relajación a los que ya les da lo mismo tardar más o menos.



A nosotros no nos da igual, tenemos ganas de llegar y saber de nuestro compañero por lo que volvemos a engullir lo que podemos mientras sellan nuestro pasaporte y nos lanzamos a plato como carreteros en busca de la meta de Pont de Suert donde poner fin a nuestro agónico día.



No nos engañaron cuando nos dijeron que la tercera era la etapa reina. Hoy más que nunca nos habíamos ganado el merecido descanso.




Los supervivientes de las tres primeras etapas pueden pensar que le han dado un buen bocado a TRANSPYR ADVENTURE 2012. Entramos en el Pirineo aragonés por la comarca de la Ribagorza, rodeando el espectacular Turbón, transitando luego por alguna pequeña carretera local y pasando bajo la Peña Montañesa nos dirigimos ya hacia Aínsa, preciosa localidad donde llegaremos tras una espectacular y larga bajada que quedará largo tiempo grabada en la memoria de los participantes.



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